Dan visión médica de la crucifixión |
 |
Semana Santa 2004. El doctor Jorge Fuentes Aguirre habla de
los aspectos físicos y emocionales que sufrió Jesucristo, desde la Última Cena hasta la muerte en la cruz |
 |
 Por EDUARDO SANTOS PALABRA / México | 
 |
Desde la angustia emocional que padeció
Jesús a partir de la Última Cena, hasta el momento terminó su existencia, arrojan datos suficientes para deducir el historial
clínico dela muerte de Jesucristo.
Jorge Fuentes Aguirre, director de Comunicación Médica del Hospital Christus Muguerza
menciona que los estudios médicos realizados a Jesús se basan en el testimonio de los cuatro evangelios, los historiadores
paganos como Flavio Josefo, Plinio El Joven y Tácito, además de la Sábana Santa, de la que, se patentiza, fue el sudario o
mortaja de Jesucristo.
¿De qué murió el Hijo de Dios? el médico reflexiona sobre tres grandes momentos que provocaron
su deceso El primer suceso con el cual se ve afectada la salud de Jesús es la Última Cena, pues El estaba consciente de que
sería traicionado por uno de sus discípulos.
"Hasta aquí no había derramamiento de sangre, lo que sucede es que Jesucristo
comienza a entrar en un estado de angustia emocional que se va a agudizar minutos después", explica el médico.
Con
esta angustia Jesús se dirige a Getsemaní, lugar donde confirma su condición de hombre al orar a su padre en los Cielos: "que
no se haga mi voluntad, sino tu voluntad".
"Ahí llegó a tal grado su angustia, que Lucas, quien fue médico, dice: 'sudó
gruesas gotas de sangre'; este fenómeno en fisiología se llama hemathidrósis, se produce porque llegan los capilares sanguíneos
a una tensión extrema que se revientan y ese sudor superficial se transforma en sangre", menciona Fuentes Aguirre.
En
Getsemaní la corte lo aprende y Judas lo entrega dándole un beso en la mejilla, luego fue llevado al Palacio del Sumo Sacerdote,
donde se le acusó de blasfemo, por llamarse a sí mismo el Hijo de Dios.
Después Jesús fue abofeteado por uno de los
soldados que lo llevaron con Poncio Pilatos, donde los judíos acuden a un ardid argumentando que Jesucristo se dijo rey de
los judíos.
El segundo suceso que Jorge Fuentes Aguirre señala como trascendente para la afección en la salud de Jesucristo
es la flagelación, castigo de los romanos, previo a la crucifixión.
"La flagelación se hacía colocando al reo sobre
una columna de un metro y medio, le amarraban las manos, de manera en que quedara la espalda expuesta al lado superior, entonces
se colocaban dos flageladores, con un látigo corto que constaba de tres correas de cuero, cada una de éstas terminaba en una
esfera de acero o plomo con extremos cortantes", detalla.
El también autor del libro "Catedral de Saltillo, por los
Siglos de los Siglos" señala que cuando terminan los 39 azotes, Jesucristo siente un dolor corporal extremo, además de estar
exánime, pues perdió un promedio de 250 metros cúbicos de sangre.
"Había cenado por última vez a las 18:00 horas, no
había dormido en toda la noche y anduvo de Herodes a Pilatos, cuya distancia entre ambos palacios es de cuatro kilómetros".
La
falta de sueño y alimentación se resume en un cansancio orgánico, sin embargo, al caso clínico se agrega la pérdida de sangre
con la consecuente anemia.
"La corona de espinas en realidad era un casquete con espinas de tres a cinco centímetros
que le encajaron en el cuero cabelludo con la cual le produjeron un sangrado mayor".
Durante El Viacrucis Jesucristo
iba tan extenuado que los evangelios revelan, cayó tres veces, razón por la que, Simón El Sirineo tuvo que ayudarlo.
"Generalmente
se representa a Jesús cargando la cruz entera (de 130 kilos), ésto es imaginería, un ícono no verdadero, en realidad únicamente
los cargaban con el travesaño lateral (de entre 35 y 55 kilos), también llamado patíbulo".
"El dolor de la flagelación,
la corona de espinas, el peso del patíbulo, la pérdida de sangre, el cansancio corporal, más la travesía a la fortaleza, donde
se dio la flagelación al Gólgota que es medio kilómetro de distancia".
El tercer y último momento, al que se refiere
Fuentes Aguirre y que afectaría de manera definitiva para provocar la muerte de Jesucristo es la crucifixión.
"Para
crucificarlo lo tiraron al suelo, con su espalda lacerada en la tierra; los soldados se apoyaron en su torso para colocarle
las dos manos en la cruz y le colocaron los clavos en el espacio entre el radio y el cúbito".
El médico señala que
cuando se traspasa este espacio se rompen los nervios radial y el cubital, lo cual provoca una tetania o espasmo con acalambramiento
en todo el brazo, llegando al espacio sobre los hombros, ésto sin contar la pérdida de sangre, que hasta este momento es de
aproximadamente un litro, lo cual le causa un choque hipovolémico.
"En esa postura en la cruz empieza el estado de
asfixia y viene un dato muy interesante que se menciona en el evangelio: 'dando un fuerte grito, ladeó su cabeza y expiró".
"Las
inferencias que tenemos nosotros de la medicina forense es que los pacientes que mueren por infarto agudo del miocardio con
rotura en el músculo cardiaco gritan".
"Vinieron pues los soldados y rompieron las piernas al primero y al otro que
estaba crucificado con El; pero llegando a Jesús, como le vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los
soldados le atravesó con su lanza el costado y al instante salió sangre y agua". (San Juan 19, 31-34)
Dicha cita bíblica
da por conclusión un derrame pleural debido a la insuficiencia cardiaca congestiva y con este dato se completa el caso clínico
sobre la muerte de Cristo.
El sentido del Sábado Santo
Sábado de Gloria es una expresión errónea
porque el espíritu de este día es de duelo, de permanecer junto al sepulcro de Jesús en actitud de condolencia, gratitud y
reflexión.
El padre José Luis del Río y Santiago, párroco de la iglesia del Ojo de Agua, aclara que lo correcto es
llamarle Sábado Santo o de Luto y aunque no se le ve de manera activa entre el pueblo, fue en este día cuando Jesús visitó
las almas de los justos para darles la buena noticia el cielo sería abierto para ellos.
"La resurrección de Cristo
significa el triunfo sobre la muerte, sobre el pecado y sobre el demonio, para nosotros es el medio establecido por Dios para
alcanzar la salvación eterna y la resurrección para nosotros", concluye.
|
|