¡Salud! con vino tinto
Su consumo regular y moderado ayuda a eliminar el mal colesterol y reducir el peligro de enfermedades cardiovasculares,
el cáncer y la diabetes
Por Eduardo Santos
En
la mayor parte del mundo se da un alto consumo de grasas saturadas, situación relacionada con la mortalidad por enfermedades
cardiovasculares, sin embargo este no es el caso de Francia, país productor y consumidor de vino. "A este fenómeno
se le ha llamado Frenche Paradox (Paradoja Francesa). La hipótesis para explicarla ha sido atribuida a un consumo regular
y moderado de vino, llámense tintos o 'de mesa', como se conocen en México", explicó el enólogo Humberto Macías. El
también maestro en ciencias comentó que en estudios realizados en siete países se concluyó que la población francesa con una
taza de colesterol plasmático de 2.3 gramos por litro presenta tres veces menos riesgos de enfermedades cardiovasculares que
la americana con 2.1 gramos por litro. "Esto es porque el vino contiene compuestos diferentes al alcohol que actúan
como reductores de este tipo de enfermedades, entre los antioxidantes que contiene están los polifenoles, flavones, taninos
y catechinas", detalló el catedrático de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Recientes investigaciones
realizadas en Montpellier, Francia y en la Universidad de Davis, California, Estados Unidos, revelaron que el vino tinto es
rico en antioxidantes del mal colesterol conocido como (L.D.L.) lipoproteínas de baja densidad y que el consumo regular y
moderado del vino hace que las lipoproteínas de alta densidad (H.D.L.), llamadas buen colesterol, aumenten. "Los
antioxidantes también tienen una protección significativa en enfermedades como el cáncer y la diabetes, debido a la reducción
de actividades enzimáticas oxidativas y disminución en la concentración de lípidos peroxidados en el plasma", agregó Humberto
Macías quien lleva 22 años en el estudio del vino. Los vinos de Francia, España, Italia e incluso de México han alcanzado
reconocimiento a nivel mundial, por tener sus viñedos situados entre los 30 y 50 grados latitud norte. En México
los mejores salen de lo que se conoce como El Valle de Calafia localizado en Baja California Norte. Parras de la
Fuente no se encuentra dentro de la franja de los más reconocidos viñedos del mundo, pero tiene un microclima que le ayuda
a estar en un alto nivel de calidad, por ello el vino que se produce en este municipio coahuilense goza también de aceptación
internacional. Pese a ser un país importante a nivel mundial en la producción de vino, sus habitantes sólo consumen
anualmente 250 mililitros percápita, cantidad mínima en comparación con países como Francia, donde se consumen 90 litros percápita
al año, Argentina 75 litros, Portugal 82 y España 52. "Los mexicanos tuvimos un retraso en la cultura del vino debido
a que la corona española prohibió que se establecieran viñedos por temor a la competencia de los vinos de México con los
de España, yo atribuyo que la falta de consumo de vino en nuestro país se debe a esto", comentó. La situación económica
de México, agregó, es otra de las causas que alejan al mexicano del consumo del vino, pues un litro de esta bebida tiene un
precio de entre 120 y 300 pesos, mientras que en países productores como Francia y España cuesta de 12 a 20 pesos. "En
México no llegamos a consumir un litro per cápita al año y eso es muy lamentable porque tomamos destilados como whiskey, brandy,
vodka, tequila o ginebra, por mencionar algunos, que hacen daño al organismo por ser productos químicos inorgánicos, mientras
que los vinos son un producto químico orgánico que hace bien a la salud", detalló Macías. El vino tinto nació para
ser utilizado como complemento de la comida, por lo cual la ingesta diaria de esta bebida recomendada es de 300 mililitros
lo equivalente a dos o tres copas en la alimentación. "No se ha demostrado que los vinos blancos sean buenos para
evitar problemas de enfermedades cardiovasculares, sólo los tintos gracias a su contenido de polifenoles, antocianinas y taninos",
manifestó. Humberto Macías recalcó que tan malo es ser abstemio como beber en exceso, pues al no tomar vino tinto,
la persona se está negando las bondades que esta bebida le puede ofrecer en cuestiones de salud.
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