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Juárez en Saltillo

Periódico Palabra, 2002. Género: reportaje 

Juárez en Saltillo

Ayer y hoy

Con su presencia

El Benemérito de

las Américas

deja huella en la

Ciudad del Sarape

Benito Juárez estuvo tres meses en Saltillo, ocho veces ocupó la presidencia de México, expidió las Leyes de Reforma, se quedó para siempre en la historia y también en nuestra Ciudad.

En Guelatao Oaxaca, hoy hace 197 años nació, en la cuna de una familia humilde, un hombre que lucharía con humildad y amor a la patria con el fin de obtener una vida más justa para los mexicanos.

"Juárez por eso está presente en todos los lugares, y en esta Ciudad como en otras siempre hay una calle de Juárez, un monumento a Juárez, una casa en donde estuvo Juárez, un mercado y un recuerdo, es una presencia permanente que no se va a acabar", comentó el historiador Roberto Orozco Melo.

El Benemérito de las Américas, acompañado de su familia, dejó huella en Saltillo en el marco de su heróico peregrinar cuando luchaba contra la

intervención francesa, pues se hospedó en 1864 en La Vieja Casona, hoy conocida como "El Recinto de Juárez".

En ese entonces la casa pertenecía al alcalde Pereyra y por muchos años la habitó el Obispo Garza Zambrano, fue residencia también de eclesiásticos de jerarquía, por lo cual se le llegó a llamar "El Obispado de Saltillo".

Fue durante el periodo de gobierno de Oscar Flores Tapia cuando se le dio el nombre de "El Recinto de Juárez, el 21 de marzo de 1977.

"Su estatua estuvo en la Plaza de San Francisco y ahora está en el Recinto que lleva su nombre, que es la sede de nuestro Colegio Coahuilense de

Investigaciones Históricas", explicó Armando Fuentes Aguirre, cronista de la Ciudad.

Un 9 de enero de 1864 Juárez pisó tierra saltillense y después de la ceremonia que se desarrolló en su honor, representantes del la Ciudad le solicitaron su intervención para que Coahuila gozara de su soberanía que desde 1856 perdió por una anexión a Nuevo León que decretó Santiago Vidaurri en 1856.

Para el 26 de febrero del mismo año expidió el decreto por el que Coahuila reasume su carácter de Estado libre y soberano, separándose de manera definitiva de Nuevo León.

"De aquí le siguió hacia el norte, siempre luchando, entró a la Laguna y en la Cueva del Tabaco, lo que se llama El Gatillo, del municipio de Matamoros, ahí depositó el archivo de la Nación, el cual traía consigo y finalmente las últimas batallas de la república contra el ejército francés se liberaron en Coahuila en la región de Parras", señaló Orozco Melo, también director del Archivo Municipal de Saltillo.

"Posteriormente en Querétaro termina con la captura de Maximiliano y su fusilamiento, por eso Juárez es lo que es", puntualizó.

En el libro de Oscar Flores Tapia titulado "La Intervención y el Imperio" en su página 136 relata que el mandatario caminaba por las calles saltillenses, sencillo, sin que su alta envestidura le descompusiera el paso.

"Gustaba de llegarse hasta el merendero de Chonita que estaba frente al actual Santuario de Guadalupe, para comer pan de pulque con atole".

En las páginas 137 y 138 de la misma publicación se encuentra otro hecho significativo, que en el transcurso de la estancia de Juárez en la Ciudad, se

registró, pues su hijo, Benito Juárez Maza de 13 ó 14 años de edad no llegó a la hora acostumbrada.

El joven tenía amistad con los chicos de San Luisito, uno de los barrios más antiguos de la Ciudad, y éstos tenían pleito con los del "Andrajo", con quienes se peleaban a pedradas, Benito participaba en aquellos combates.

Margarita le pidió a su esposo, que mandara buscar al chico. Así lo hizo el Primer Magistrado pero después le informaron que su hijo estaba prisionero de la

pandilla del 'Andrajo' que encabeza Francisco Sánchez Uresti, quien pedía una navaja como rescate.

"Bien, si esta es la ley, no queda otro remedio que cumplir con ella", dijo Benito Juárez al tiempo en que se desprendía de una navaja.

Aquella casona fue testigo de uno de los sucesos más importantes en la vida del benemérito, el nacimiento de su último hijo, Antonio Juárez Maza, el día 13 de junio de 1864.

La calle en donde se encuentra el Recinto de Juárez, también lleva el nombre del reformador de las leyes en México, sin embargo antes de llamarse así era conocida como el callejón de Don Teodoro, de Landín y por último se le nombró Campo Santo porque por ahí existían varios panteones.

Partiendo de la vieja casona a unos cuantos metros se encontraba la calle De la Concepción o del Comercio, la cual, el 5 de mayo de 1864 pisó Benito Juárez para develar una placa conmemorativa que la bautizaría con un nuevo nombre, el de Ignacio Zaragoza.

Un lugar de comercio se edificaría en Saltillo años más tarde y para 1902 concluiría su construcción con el nombre de Mercado Juárez, éste sería víctima del fuego y en 1926 iniciaron la construcción de uno nuevo, en el mismo lugar y de igual nombre, el cual tuvo una remodelación integral en el 2002.

Todo tipo de artesanías, desde sarapes, sombreros de charro, vestidos de china poblana hasta jarros, piñatas y artículos alimenticios se encuentran en este centro comercial y así como hay un Mercado Juárez en Saltillo, los hay en diferentes partes del país.

"Porque los locatarios de los mercados son gente de raíz popular y es en el pueblo, donde el mensaje de Don Benito caló más hondo, de ahí que sea una

costumbre", detalló "Catón".

En el periférico Luis Echeverría se encuentra, desde 1978, otro centro comercial que también se llama Juárez y es conocido como el mercado de abastos.

Al sur de la Ciudad, a un lado de la colonia La Madrid se encuentra otra llamada Benito Juárez, su avenida principal, Benemérito de las Américas está rodeada de calles, como Margarita Maza de Juárez, en referencia a su esposa; Leyes de Reforma, uno de sus trabajos más importantes; Guelatao, lugar de nacimiento y Marcelino Juárez, su papá.

En el Paseo de la Reforma se encuentra el Monumento a Juárez, creada durante el periodo de gobierno de Óscar Flores Tapia; con una mano señala al sur de la Ciudad, en la otra carga las Leyes de Reforma.

Su frase célebre se puede leer, "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".

"Afortunadamente, todos los gobiernos la han sabido observar, incluso el actual, que es un gobierno de tendencia conservadora, con la declaración que hizo

Vicente Fox el martes (a favor de la paz), no la dijo con las palabras de Juárez, pero reflejó el espíritu de Juárez", recalcó Roberto Orozco Melo, ex presidente municipal de Saltillo.

Periódico PALABRA