Reflexiones de un fumador
Por EDUARDO SANTOS
Alberto Madrigal Uribe llegó a consumir 25 mil 742
cajetillas de cigarros en 47 años y en la última
década alrededor de 50 diarios, el costo económico del
vicio fue de 334 mil 646 pesos, pero éste no significa
nada comparado con el precio pagado en cuestiones de
salud, mismo que lo hizo pensar en alejarse del
tabaquismo.
"Desgraciadamente fue muy tarde, porque pasó demasiado
tiempo, tuve primero enfisema pulmonar, luego la
pérdida total del olfato, embolia cerebral, un primer
infarto, después un segundo y en éste me revivió el
médico al hacer que funcionara de nuevo mi corazón",
explicó Madrigal de 62 años.
En enero del 2003, estuvo hospitalizado en Monterrey
por una semana y media en estado de gravedad a causa
del segundo infarto, por esta razón su familia tomó la
decisión de no dejarlo fumar nunca más.
En 1981 se le advirtió por primera vez que se alejara
del tabaco cuando se presentó el problema del enfisema
pulmonar, el doctor que le atendió en esa ocasión le
preguntó "¿cuándo fue el último cigarro que fumaste?"
Alberto respondió que hace como media hora; "pues fue
el último", puntualizó el médico.
Pero no fue así, después de esa fecha, Alberto
Madrigal siguió fumando y no la misma cantidad de
cigarros, sino más, por esta razón, tres años más
tarde perdió totalmente el sentido del olfato y fue un
5 de noviembre de 1987 cuando sufrió una embolia
cerebral con hemiplejía.
Al cumplir los 58 años tuvo su primer infarto cardiaco
y a los 62 se le presentó el segundo y al mismo tiempo
una nueva oportunidad de vida, sin cigarros.
"Nunca hice caso hasta que llegó mi segundo infarto y
para ser sincero, la decisión de dejar el cigarro no
la tomé yo, la tomó mi familia".
Sus tres hijos y su esposa le pidieron que dejara de
fumar y para ayudarlo, los fumadores de la familia
dejarían también el cigarro y aunque Alberto sabe que
lo siguen haciendo a escondidas, valora su esfuerzo
por no fumar frente a él.
"De hecho ya no hay ceniceros en la casa, la familia
fue mi principal motivo y mi primer vigilancia, si mi
mujer me llega a oler a cigarro me hace un tango, pero
no me molesta, al contrario, sé que lo hace por mi
bien", confesó.
Alberto Madrigal reconoció que aún fuma uno o dos
cigarros al día porque es más difícil alejarse del
tabaquismo cuando se estuvo conviviendo con este vicio
durante 47 años.
"La teoría de la mayoría de los fumadores es que debe
cortar uno de tajo, eso le ha funcionado a mucha
gente, pero yo siento que eso le funciona a las
personas que fuman poco, quienes tenemos muy arraigado
el vicio no podemos hacerlo, nos cuesta demasiado
trabajo".
A escondidas, sin que nadie lo vea y en un lugar
abierto, Alberto aprovecha para recordar un poco
aquellos tiempos en los que fue un fumador, pero ya no
encuentra el mismo gusto al hacerlo.
"Siento que lo estoy logrando porque me mareo cuando
fumo, antes lo disfrutaba mucho, ahora después de
fumar necesito sentarme o acostarme, mi cuerpo ya lo
empezó a rechazar", detalló.
Señaló que la idea es disminuir la frecuencia hasta
llegar a cero por día, pues de 50 cigarros diarios,
ahora no pasa de dos.
"Ya tengo meses fumando uno o dos cigarros al día, lo
que me falta es más fácil, ahora ya se puede imponer
la fuerza de voluntad, que antes era inútil, porque
tenía demasiado arraigado el vicio", destacó.
Y todo comenzó cuando Madrigal Uribe tenía 17 años,
tiempos de preparatoria, en los que un joven actúa más
por imitación que por convicción, el cigarro fue una
moda que le comenzó a gustar, luego se le hizo
costumbre, después hábito, hasta que se convirtió en
un vicio.
"Definitivamente fue un error, si yo tuviera 17 años
otra vez, como cuando empecé a fumar, no lo haría y no
tanto por los males que tengo, pues sigo vivo, no
tengo cáncer y mis problemas de enfisema y corazón los
tengo controlados, no estoy desahuciado, pero estas
experiencias en mi vida me hacen pensar en que no
fumaría", puntualizó.
ASÍ
LO DIJO:
"El Día Internacional
de No Fumar debería ser más
frecuentemente,
son alicientes y motivaciones que de
alguna
manera ayudan, tengo muchos amigos que han
dejado
de fumar y fumaban mucho": Alberto Madrigal
Uribe,
ex fumador compulsivo.
El Recuento de los Placeres y los Daños
Por Alberto Madrigal
De los 15 a los 19 años (1954-1957)
2 cajetillas por semana x 52 semanas x 4 años = 416
cajetillas
De
los 20 a los 21 años (1958-1959)
4
cajetillas por semana x 52 semanas x 2 años= 416
cajetillas
De los 22 a los 31 años (1960-1970)
Una cajetilla diaria x 365 días x 11 años= 4015
cajetillas
De los 32 a los 41 años (1971-1980)
Una y media cajetilla diaria x 365 días x 10 años=
5475 cajetillas
De
los 41 a los 62 años (1981 al 15 de enero del 2003)
Dos
cajetillas diarias x 365 días x 21 años, más un
mes
y 15 días = 15420 cajetillas
Total: 25742 cajetillas
Costo económico:
25742 cajetillas al precio actual de 13 pesos cada
una, que equivalen a lo que en su momento costaron las
primeras cajetillas, dan un total de: 334 mil 646
pesos.
Costo
físico:
A los 41 años
enfisema pulmonar en 1981
A
los 45 años, pérdida total del sentido del olfato
A
los 48 años, embolia cerebral con hemiplejía (1987)
A
los 58 años, primer infarto cardiaco (1997)
A
los 62 años, segundo infarto cardiaco (2003)
Fueron 47 años de tabaquismo, es decir 544 meses, o
sea 3 mil 446 semanas, equivalentes a 17 mil 125 días
fumando 514 mil 840 cigarros... ¡Lástima! "Fumar era
un gran placer".