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Periódico PALABRA, género: crónica, año 2004

El Circo Más
Pequeño del Mundo
 
Por EDUARDO SANTOS
 
Con el cielo como carpa y la Plaza de Armas de pista,
se instaló el sábado por la tarde, El Circo Más
Pequeño del Mundo, producción de Los Ángeles de la
Calle, compañía integrada por artistas de Canadá y
México.
Panchito, Pepito y Marjov, las atracciones y únicas
estrellas de este espectáculo circense lograron reunir
a cerca de 300 personas, en el marco del IV Festival
Internacional de las Artes organizado por el Instituto
Coahuilense de Cultura.
"Como siempre, las más argüenderas son las que más
gritaron", dijo Panchito cuando dirigió una
competencia de gritos entre niños y niñas.
Uno de los principales actos de la función fue el de
malabarismo, realizado por Pepito, quien en su
nerviosismo, solicitó que le realizaran un masaje en
el cuerpo.
Panchito, conductor del Circo Más Pequeño del Mundo,
le pidió a la canadiense, Marjov que le hiciera el
favor a su compañero Pepito, pero ella sólo lo
despeinó y le dio un fuerte golpe en el trasero.
El público que formó un medio círculo para apreciar la
función, no dejó de reír, pues en escena se notó una
clara competencia de habilidades, entre Pepito y
Marjov.
Pepito tuvo éxito en su acto de malabarismo con
pelotas de esponja, sin embargo los aplausos hacia él,
le causaron miedo a Marjov quien se fue a esconder
entre el público luego del anuncio de su actuación.
Panchito y Pepito se dedicaron a buscarla y más de uno
entre los presentes la delató señalando su ubicación,
para que ella prosiguiera el espectáculo dando
muestras de su capacidad para manipular cadenas a
ritmo de tango.
Panchito comenzó a tocar su saxofón con una pieza muy
sensual para que alguien del público le diera un
masaje a Marjov y así le quitaran los nervios.
En menos de dos segundos ya estaba un joven en el
centro del espectáculo, dispuesto a destensionar a la
rubia "ojiazul", Marjov.
El sonido de las campanas de Catedral asustó a Pepito,
quien se sentó recargado en la pared del Palacio de
Gobierno, tapándose los oídos.
Los aplausos a Marjov en su número atentaron contra el
ego de Pepito, por lo que se dispuso a hacer otro acto
de malabarismo, ahora con cuatro clavas, conocidas
también como pinos.
Doña Rosita, una representante del público, gritó que
quería el número con seis clavas, para hacer la
actuación de Pepito más exitante.
Cuatro clavas cayeron al suelo y un abucheo del
público, organizado por Marjov se escuchó.
"Querido público, esto no ha pasado nunca", dijo
Pepito, para luego ser desmentido por su compañera.
Panchito pidió que Doña Rosita, le diera un masaje a
Pepito para quitarle la tensión, sin embargo, la hija
de ella, una pequeña como de cinco años, no le dio
permiso, pero el malabarista pasó sobre la autoridad
de la niña y le fue a dar un beso a su mamá.
Pepito logró su acto con seis clavas, luego del
aplauso, Panchito anunció la actuación de la raqueta
equilibrista.
Con pasos de salsa, dos barillas dieron prueba de la
técnica de Panchito para dar equilibrio al artículo
deportivo.
Pese a su esfuerzo, entre el público hubo más de un
excéptico que pensó en la existencia de un imán dentro
de las barillas o en la misma raqueta.
Panchito, descepcionado soltó en llanto, pues cinco
años de practicar su número no sirvieron de nada ya
que los espectadores no le creyeron.
El conductor del Circo más Pequeño del Mundo, pasó al
frente a uno de los principales excépticos, Gerardito,
un niño que desde un principio gritó: "¡neee tiene
imán!"
Las dudas se despejaron, pues varios pequeños pudieron
comprobar que no había truco en el número de Panchito.
La actuación de los invitados especiales, el grupo
Danzas de la Calle, comenzó a ritmo de música
colombiana.
Un niño de tres años llamado Daniel se conviritó en el
centro de atención cuando les dio "la reta" a La
Mosca, El Burro, La Basura y El Güero, integrantes del
grupo dirigido por Homero Craig.
Como acto final, Panchito demostró sus habilidades en
monociclo, el cual, dijo tenía el sistema "fuel
injection".
Los gritos del público se empezaron a escuchar cuando
Panchito dio vueltas cerca de ellos y aumentó la
velocidad, tanto, hasta que se estrelló en una ventana
del Palacio de Gobierno.
El choque le dejó la cara chueca y los ojos saltones,
sin embargo su rostro volvió a la normalidad cuando
repitió el número hasta hacerlo bien.
La función terminó en medio de aplausos, tanto en la
Plaza de Armas como en los espectáculos simultáneos
ofrecidos, por Los Ángeles de la Calle, en la Alameda
Zaragoza, Parque Venustiano Carranza y la explanada de
la Presidencia Municipal.
Canadá y México, una combinación interesante
Cuenta una leyenda que los ángeles se aparecen a las
personas, una vez por año, es a partir de ella, que el
grupo dirigido por Tonatiuh Morales de México y
Daniele Le Noble de Canadá, toma su nombre.
Tonatiuh quien interpreta a Panchito en el Circo más
Pequeño del Mundo, señaló que el intercambio entre
ambos países repercute en un espectáculo de calidad.
"Quebeq es un lugar que ha desarrollado las técnicas
de la calle del circo de una manera muy interesante y
están catalogados entre los mejores del mundo.
"En México tenemos muchas tradiciones en artes de la
calle, entonces esta apertura contemporánea de Quebeq
con toda la tradición y las ganas que tenemos en
México nos da una fusión muy interesante que nos va a
llevar a hacer cosas mejores cada vez".
Ángeles de la Calle es un grupo formado por diez
personas, cinco mexicanos y cinco canadienses, el cual
se formó hace mes y medio teniendo excelentes
resultados.
Tonatiuh Morales, estudió en la Escuela Nacional del
Circo en Montreal y estuvo cinco años como artista en
el Circo Du Soleil, desde su creación.
En México cuenta con una carrera de 27 años como
artista de la calle, en circo, teatro y televisión.
La calle es el mejor escenario para Tonatiuh quien
tiene clara la dificultad que ésto implica pues el
público así como llega, se puede ir, pues no pagó y no
se siente obligado a quedarse.
"Entonces el artista debe forzarse para hacer cosas
que al público le gusten y en esta comunión está la
belleza de las artes de la calle", finalizó.

Periódico PALABRA, sección: Etcétera.